Amordazar

Autor: Gabriel Sanz

Bienvenidos a De(s)generando el género.

DE(s)GENERANDO EL GÉNERO nace de la necesidad de aunar esfuerzos para lograr la Igualdad de género. El nombre no es casual, sino que se enraíza en el fin que perseguimos: degenerar los conceptos que inundan las consideraciones de género para llegar a deshacerlo, desgenerarlo, y despojarlo de todos estereotipos y mandatos que marcan “el deber ser”en función del sexo con el que nacimos. Nos definimos como feministas, porque creemos que la única forma de vivir en un mundo más justo se relaciona con la igualdad real de oportunidades entre mujeres y hombres. Creemos que la educación e información, son la herramienta que nos permitirá vivir en la diversidad, la pluralidad y tolerancia humana. Tenemos la convicción de que esto es posible, y por eso armamos este BLOG , el cual dividimos en secciones que nos parecen de interés para quien quiera acercarse a la temática y estar actualizad@. Las sección “Reseñas”, haremos un breve análisis de distintos títulos de libros y películas que abordan la temática . En las “noticias destacadas”, exponemos los sucesos más relevantes e inauditos, con un pequeño análisis de las mismas. En la agenda, publicamos los eventos relacionados con la temática. En los links de interés, aquellos enlaces que creemos interesantes. Y en la página principal habrá una producción nuestra sobre diversos temas. Todas estas secciones, las vamos a actualizar semana a semana, ya que creemos que la Igualdad y la concientización, es un camino de todos los días.

martes, 27 de agosto de 2013

¿Qué es el posmachismo?

Este post está dedicado a un concepto que viene desarrollando el médico forense Miguel Lorente Acosta, quien fuera Delegado del Gobierno para la Violencia de Género en el Ministerio de Igualdad español durante del gobierno del Partido Socialista. El concepto al que nos referimos, y que él desarrolla en conferencias, producciones y en su blog Autopsia, que lxs invitamos a recorrer, es el de posmachismo, cuya finalidad principal es “confundir y generar rechazos diciendo que lo que se pretende desde la Igualdad es atacar a los hombres y a todo lo que los rodee”.
Lorente Acosta lo define como “una de las últimas trampas que la cultura patriarcal ha puesto en práctica” y lo que busca es mantener el stau quo de la desigualdad entre los géneros, pero con argumentos que se pretenden igualitarios. La finalidad de los argumentos es generar confusión, que se traduzca en duda, y que ésta devenga en pasividad para no luchar por un cambio que atente contra los privilegios masculinos en esta sociedad. Dice el autor: “Es fácil, si se critica aquello que cuestiona a la desigualdad, y de ese modo se genera una duda, el resultado es que permanece la desigualdad”.
Miguel Lorente Acosta nos dice que hay ciertos elementos que predominan en los discursos posmachistas, como son:
La neutralidad: los argumentos se presentan diciendo que no quieren beneficiar ni perjudicar a nadie, sino que buscan lo mejor para todos“de este modo hacen una crítica directa a las medidas de igualdad dirigidas a las mujeres, como si éstas fueran parte de un privilegio por ser mujeres, cuando en realidad son actuaciones dirigidas a abordar las consecuencias sufridas por la desigualdad, bien sean en forma de violencia, discriminación, o cualquier otro tipo”.
El cientificismo: elijen datos de la realidad para tergiversarlos a fin de que sirvan de sustento a su argumento. Utilizan el ideal científico para simular neutralidad, pero los datos elegidos y manipulados tienen una finalidad muy concreta: generar confusión, duda y mantener el statu quo. Se utilizan argumentos de la biología para justificar la maternidad obligatoria, y los mismos argumentos para justificar la ausencia de mujeres en los puestos de mando y dirección, alimentando la idea de la inferioridad o incapacidad femenina para ciertas actividades, tradicionalmente masculinas. Incluso para la práctica de ciertos deportes, vease por ejemplo en el trailer del siguiente documental que habla sobre mujeres que juegan al futbol: "Mujeres con pelotas"

El interés común, sustentado en el argumento del beneficio económico y la idea del adoctrinamiento. Con respecto al primero, puede decirse que los posmachistas alegan que las medidas en contra de la violencia contra las mujeres se traducen en un beneficio económico para organizaciones afines a quienes abogan por la igualdad, es por ello que en tiempos de crisis, se tolera que los recortes empiecen por la igualdad: “Nada de mejorar la convivencia ni de corregir injusticias y discriminaciones, aquí lo que mueve a las personas al hablar de Igualdad, en España y en la Unión Europea, son los euros disputados”. Con respecto al segundo argumento, el del adoctrinamiento, han construido un imaginario muy negativo relacionado con los estudios de género y las políticas con perspectivas de género, argumentando que quienes hablan de igualdad en realidad lo utilizan como “un instrumento “atractivo” para conseguir imponer una ideología y unos valores al resto de la sociedad (…) han tomado la palabra “género” como sinónimo de todo lo malo, dogmático y radical, para plantear la amenaza en estos términos y hablar de adoctrinamiento.”
Remata el autor: “De este modo se llega a la paradoja de que hablar de los valores y de las referencias que luego dan lugar a la violencia de género, a la discriminación, al aislamiento y alejamiento de las mujeres de la vida pública… es educar, mientras que lo contrario y permitir una sociedad más justa y pacífica es adoctrinamiento”
El ataque personal y descrédito de quienes se posicionan en contra del posmachismo: si deslegitimo al/la hablante, deslegitimo su discurso.

En esta líneal Miguel Lorente Acosta enumera distintas actitudes posmachistas, a las que nosotras les agregamos otras:
  • criticar las intervenciones con mujeres víctimas y percibirlas como ataques a los varones por no contemplarlos en las medidas adoptadas.
  • sembrar la duda sobre la violencia contra la mujer argumentando que hay muchas denuncias falsas que son utilizadas para sacar provecho de la legislación protectoria.
  • criticar las medidas de acción positiva que buscan poner en pie de igualdad a las mujeres con respecto a los varones -por haber estado tradicionalmente postergadas- por ser discriminatorias contra los varones, vulnerándose así la “igualdad ante la ley”.
  • difundir al feminismo como una ideología que odia a los varones y quiere imponer la supremacía femenina.
  • resaltar los casos de varones y niños asesinados por mujeres, que obviamente los hay, pero que no puede compararse la magnitud del fenómeno con los femicidios de mujeres y niñas, hay que ocuparse de ambos, pero hay que tener conciencia de que la violencia contra las mujeres y niñas es sistemática, a-histórica y a-cultural.
  • reproduce estereotipos en relación con la violencia contra la mujer: no es causa de una desigualdad estructural, sino problemas puntuales de parejas puntuales, donde seguramente hay sustancias adictivas de por medio.
  • utilizan hasta el cansancio elementos de la naturaleza y de la tradición indistintamente: “es natural que la mujer tenga hijos”, “siempre se ha hecho así y no estamos tan mal”, “si la sociedad llegó a este punto de evolución por algo es”.
  • si se presentan las graves consecuencias de la mutilación genital femenina, el posmachismo las compara con la circuncisión, como si el daño causado (físico y psíquico) y la finalidad fuera la misma.
  • victimizarse como resultado de una sociedad que los estigmatiza diciendo que “los hombres pagan con sus vidas la tranquilidad de las mujeres, con argumentos como que su vida media es más reducida, las muertes en los accidentes laborales y de tráfico, incluso llegan a defender que eso de “primero las mujeres y niños”. Como señala el autor: “Para nada se cuestionan cómo la desigualdad les afecta a ellos ni cuál es el precio de “mujeres y niños” por salir antes de los riesgos en los espacios públicos, porque está claro que del riesgo y de la violencia en lo privado no las dejan salir” 
  • Por último, y en palabras de Miguel Lorente Acosta: “Utilización de la igualdad para no avanzar en igualdad. Critican que sólo se hable de mujeres, no de hombres, pero lo hacen para que no se hable de ninguno, ni de hombres ni de mujeres, no para que se hable de los dos”
Nos pareció interesante compartir este concepto con estedes, que en la misma línea que el post sobre micromachismos nos invita a pensar y reflexionar más detenidamente sobre las cosas que escuchamos, y las que reproducimos. No hay nada inocente en este mundo, todo lo dicho y lo hecho persigue una finalidad, hay que tener cuidado con la ideología implícita que defendemos cuando reproducimos ciertas cosas de las aquí descriptas. No caigamos en la pasividad, sigamos trabajando por un mundo en donde la igualdad entre mujeres y varones sea una realidad.

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino


jueves, 22 de agosto de 2013

Juguetes rabiosos: la odisea del día del "niño"

"Día tras día se niega a lxs niñxs el derecho de ser niñxs.
Los hechos que se burlan de ese derecho, imparten sus
enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niñxs ricxs
como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como
el dinero actúa. El mundo trata a lxs niñox pobres
como si fueran basura, para que se conviertan en basura.
Y a lxs del medio, a los niñxs que no son ni ricos ni pobres, lxs tiene 
atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano
acepten, como destino, la vida prisionera. 
Mucha magia y mucha suerte tienen lxs niñxs que consiguen ser niñxs"
Eduardo Galeano
(Patas para arriba. La escuela del mundo del revés)


El tercer fin de semana de Agosto, siempre da tela para cortar en materia de género. Todxs sabemos que la calle se va a llenar de gente, las juguetearías desbordan y si el día acompaña, los parques se llenan de rosa y celeste.
Si nos limitamos al significado literal del nombre de la conmemoración, los varones pequeños festejan su día: “El día del niño” se repite hasta el hartazgo... pobres niñas. En tal sentido solo recordaremos que el lenguaje es forma material de la ideología, actúa sobre la realidad, o al decir de Chomsky, categoriza en su función principal de organizar el pensamiento. Esta manera de organizarlo no es aleatoria, sino que impone una forma particular de significar/nominar el mundo.

En base a esto, no nos sorprende que se siga diciendo indistintamente “el día del niño” ni mucho menos que todo lo que este día conlleve, sea al menos, de un tenor similar. Ser feminista e ir a comprar un regalo lo menos sexista posible, es toda una odisea.

Lo primero que llega a nuestros sentidos son las publicidades: a las mujeres nos toca “la cocinita” -y con especial enfansis en el diminutivo-, con una voz en off dulce y aguda, y para los chicos se habla de “fuerza”, “velocidad” y una voz en off ruda y firme. El segundo conocido escenario es la juguetería: tonos claros y pasteles preponderando el rosa para las chicas, y fuertes y llamativos como el azul o el rojo para los varones. El tercer escenario surge al indagar sobre las actividades que promueven cada producto en función de los género: cocinas, bebotes, maquillaje y limpieza para ellas, y autos, deportes, armas y robots para ellos.

A estas alturas suponemos que nadie cree que este tema es solo una cuestión de colores. O al menos casi. No se trata de si el rosa o el celeste, sino de todo el aparato ideológico que produce y es reproducido por estas divisiones. Interrogarnos por el "por qué", es pensar el lugar que socialmente ocupan los juguetes en esta sociedad de consumo. Porque estos juguetes claramente diferenciados, existen porque hay un mercado (muy grande) que los consume y demanda. Éstos, coagulan ideas sobre la niñez, sobre los roles, sobre las funciones que deberán llevar a cabo quienes los utilizan. No se trata de demonizar a los juguetes, sino de poder ver qué cristalizan y cómo responden a los estereotipos de género.

¿Qué provoca esto?
Para responder a esta pregunta es necesario tener presente que el juego es un medio de aprendizaje, de exploración, de descubrimiento. Los juegos y juguetes en su “como si” , sirven de ensayo para la vida exogámica, definen comportamientos, enseñan a solucionar conflictos, construyen su universo de posibles y promulga la relación de lxs niñxs con el mundo.
Enmarcado esto, se comprende que la división entre juegos y juguetes sigue fomentando roles y modelos vinculares diferentes, propiciando la ya mencionada socialización diferencial, en vez de fomentar el desarrollo integral.
Lxs niñxs ven y escuchan, y en esa interacción grabada por las palabras de aprobación (o no) de lxs adultxs, se van incorporando las conductas aceptadas y esperadas para cada género. Es a través de este tipo de aprobaciones que aprenden por ejemplo, que jugar con muñecas es propio de las niñas; y asimilan la división sexual como natural, reproducen el modelo patriarcal de sociedad y comienzan a trazar una línea donde lo inteligible y lo ininteligible es hablado por el patriarcado.

¿Que podemos hacer entonces?
Creemos que lo primero que hay que aprehender es que la libertad e igualdad son patrimonio de todxs. No se trata de que los niños tengan que hacer cosas de niñas, y las niñas cosas de niños. Sino de cambiar los esquemas de relación que luego actuarán en la vida adulta. De que la posibilidad sea una hecho.
A modo de esquema compartimos que:
  • Hay que usar los juguetes trascendiendo la división sexual tradicional que se hace de ellos.
  • Ofrecer nuevos modelos de relación entre los géneros. (Juegos de rol)
  • Propiciar el acceso de niñas y niños a juguetes “correspondientes” al otro sexo, a fin de potenciar un desarrollo integral de sus capacidades.
  • No forzar imágenes estereotipadas ni masculinas ni femeninas

La situación ideal, sería que además lxs adultxs puedan ofrecer modelos de varón y mujer realizando actividades “tipicamente de mujeres y varones” indistintamente. Es interesante notar que si bien la mujer ha ingresado al mundo público, no en la misma proporción lo han hecho los varones al doméstico. Sucede algo parecido (¿causa?¿efecto? ¿casualidad?) en la niñez: es más común ver que las niñas realicen juegos de niños -y que lxs adultxs los promuevan- , que ver a un niño jugando a las muñecas, por ejemplo. ¿No es una manera de seguir desvalorizando lo que históricamente fue espacio de la mujer (y por ende a la mujer)? ¿No opera esto como la resistencia a lo instituyente?
Es necesario que dejemos de ver nuestra propia niñez con el lente del modelo romántico, y nos interroguemos ¿qué aspectos estamos promoviendo con estos juguetes?, ¿qué valores, habilidades, actitudes y aptitudes se desarrollan con sus juegos? Cuanto más rico y variado es un ambiente, mayores son las oportunidades de desarrollo que se ofrecen.

Si los juguetes cobraran vida, probablemente estarían rabiosos por tan generalizada mezquindad.


Dejamos para ver y reflexionar, un video donde se queda en evidencia la manera diferencial de promocionar y vender los juguetes para los nenes y las nenas. 





Bibliografía:

-Galeano, E. (1998): Patas para arriba: La escuela del mundo al revés.
-Lopez, M. Género y poder en el mundo público. Ficha de cátedra.
-VV.AA (2009) Juegos y juguetes para la igualdad. Guía didáctica. Dirección General de la Mujer. Gobierno de Cantabria

jueves, 15 de agosto de 2013

Elige tu propia aventura: violencia institucional


Primer caso: en una comisaría cualquiera en la ciudad imaginaria

Marta se encuentra en la esquina de la comisaría de seguridad de su pueblo. No es la primera vez que llega a esta instancia, y vuelve a meditar si dar el paso y entrar, o volver por el camino que vino. Alguna vez, no hace mucho tiempo, había denunciado, pero las cosas se habían compuesto en su casa, y decidió retirar la denuncia realizada, al fin y al cabo, "no hay nada que el amor no cure", aunque su alma está lejos de sanar. Los recuerdos la atormentan, el solo pensar en los golpes y gritos recibidos le hacen poner la piel de gallina. Una lágrima se le resbala por la mejilla, y en un arrebato decide a entrar a hacer la denuncia. El camino recorrido por Marta es largo, trató de componer su situación matrimonial por medio de muchas estrategias, pero su marido siempre volvió a comportarse agresivamente, aún habiendo jurado y prometido no volverlo a hacer nunca más.
Un poco por los chicos, un poco por el amor que una vez fue, pero mucho más por miedo fue que nunca denunció. Miedo a quedarse sola con los chicos, miedo a quedarse sin los chicos, miedo a la insolvencia económica, y miedo a como puediera reaccionar hacer aquella persona que alguna vez había amado profundamente.
Marta entra a la comisaría, temblando de frío y de miedo. Tiene un ojo morado, le duele el golpe en la costilla derecha y renguea por las patadas recibidas en los riñones.
Polícia: -si, señora...
Marta:- mm...hola, yo vengo a hacer una denuncia
Policía:- no me diga que otra vez va a hacer la denuncia contra su marido para despues volver con él como la otra vez...
Marta (se queda consternada y contesta):- esta vez es diferente, él...se pasó esta vez...otra vez...él me había prometido... (y estalla en llanto).
Policía:- mire señora, este es un problema de pareja, Ud. tiene que ir y hablar con él, si quiere nosotros podemos citarlo y decirle que tiene que comportarse, pero esto no se arregla denunciandolo.

Marta comprendió. De acuerdo a lo que le dijo el policía, no había forma de salir de esta situación, la policía no la iba a ayudar.

Segundo caso: en un hospital cualquiera en la ciudad imaginaria

Camila llega sola y muy asustada a primera hora al hospital de la ciudad. En medio de una crisis de nervios, llorando desesperada, tuvo que hacer un esfuerzo para calmarse y contar lo que le había sucedido. La atiende personal sanitario y le pregunta qué fue lo que le pasó que la tiene así. La verdad es que se preocupan por la situación:
Camila:- Bueno...pasa que yo estaba...ayer me fui a un bar con unas amigas, y despues me quedé sola...y conocí a un chico, tomamos algo juntos y despues no me acuerdo más nada...pero me desperté hoy en un lugar raro, yo nunca había estado ahí..bueno y estaba desnuda y...(Camila rompe en llanto, es difícil no imaginarse que es lo que sigue en su relato, el personal sanitario sólo la escucha y la mira, no interviene para nada, ni para darle un vaso de agua)...bueno, creo que él me violó, porque yo estaba desnuda y no me acuerdo de nada, creo que me puso algo en el trago, la verdad es que no se....
Personal sanitario: bueno m´hijita, vamos a hacer las pruebas si es lo que queres...pero no te parece que es bastante imprudente tomar un trago con cualquiera por ahí...despues te pasa lo que te pasó, te das cuenta?

Camila comprendió. Ella intuía que la culpa era suya, pero en el hospital se lo habían confirmado. Quizá le había pasado lo que se merecía por haber tomado un trago con un extraño, cuando ella sabía que no debía hacerlo, se tendría que haber quedado en casa.

Tercer caso: en un tribunal del trabajo cualquiera en la ciudad imaginaria

Marcela intenta explicar en la audiencia de vista de causa lo que ella sintió durante su desempeño en la empresa. El acoso, los piropos, las miradas, los acorralamientos en la escalera, los llamados telefónicos, todo lo que su jefe había hecho que la había desequilibrado emocional y personalmente y que la habían llevado a renunciar. Tardó en demandar, tardó en comprender que ella no era la responsable, pero el Juez 1, reflexionando en voz alta, dijo:
-Pero señora, según consta en autos, Ud. siempre iba vestida muy provocativa, con faldas cortas y según los testimonios, Ud. tenía una relación muy cercana con el demandado, lo que entiendo es si era una relación consentida, por qué estamos aca...

Marcela comprendió. El no de las mujeres no existe, y no hay forma que los varones lo entiendan, ellos siguen pensando que estamos a su disposición. No tenemos voz.

Violencia institucional

La ley 26.485 define en su artículo 6, inciso b, una de las modalidades que puede asumir la violencia contra las mujeres, caracterizando a la violencia institucional de la siguiente manera:

"aquella realizada por las/los funcionarias/os, profesionales, personal y agentes prtenecientes a cualquier órgano, ente o institución pública que tenga como fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los derechos previstos en esta ley. Quedan cmoprendidas, además, las que se ejercen en los partidos políticos, sindicatos, organizaciones empresariales, deportivas y de la sociedad civil"


De acuerdo a lo relatado a forma de ejemplo al principio de esta entrada, lo que queremos poner de resalto es que la violencia institucional es una de las manifestaciones más graves de la violencia contra las mujeres, porque es la que le da el mensaje a la mujer de que no hay nada que hacer, de que no tiene a quien recurrir y que el Estado está ausente para ella. La estigmatización, los prejuicios, los estereotipos y un gran esfuerzo por mantener el statu quo lleva a que varones, y también mujeres, no le den la respuesta que la mujer víctima o en situación de violencia necesita y espera. No perdamos que vista que el recurrir a ayuda para una mujer en estas circunstancias es un gran paso, muchas veces meditado por demás, que encaran con mucho miedo. Si del lado de las instituciones encontramos respuestas como las dramatizadas, coadyuvan a confirmar ese sentimiento de que no hay salida de la violencia.

La violencia institucional es pasible de sanción, ya que está restringiendo derechos humanos de las mujeres. Si tenemos noticia de instituciones que violentan y re victimizan a las mujeres que acuden, hay que denunciarlas porque su accionar es siniestro en las consecuencias: desamparo para las mujeres, impunidad para los varones.

En el primer caso de Marta, el personal policial le dice que es una cuestión de pareja, que hay que resolverlo en la pareja, es decir que si las cosas no están bien en su matrimonio, alguna culpa le cabe a Marta que no sabe cómo resolverlo puertas adentro. Vale aclarar que la violencia contra las mujeres, hoy gracias a la lucha de los colectivos feministas, es una cuestión de interés público, ya no más del ámbito doméstico. En el caso de Camila, el personal sanitario le hace saber que toda la responsabilidad es de ella por no hacer lo que se espera de ella, pero no se cuestiona que haya alguien que ande drogando y violando mujeres en la noche urbana, pareciera que es el precio que hay que pagar por circular por el espacio público. En el caso de Marcela, la institución le confirma que por su condición de mujer no tiene voz para decir que no a las insinuaciones sexuales de su jefe, que de alguna manera, ella provocó con sus faldas cortas. 

Lo paradójico es que las instituciones responsabilizan a las mujeres por la violencia sufrida. Eso vuelve a ser violencia, y de la peor. Otra vez quien debe ayudar violenta, y la espiral de que no hay salida y de que no tiene sentido pedir ayuda se agudiza. Para evitar estos hechos que suceden en ciudades no tan imaginarias, debemos reforzar la información y sensibilización en esta temática para los funcionarios pertenecientes a la policía, poder judicial, personal sanitario y todas aquellas a las que el Estado mande a tomar intervención en este clase de hechos. Es un camino largo, pero realizable, no dejemos que el mensaje de desesperanza prospere.

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

jueves, 8 de agosto de 2013

Dime tu nombre y te diré quien eres: El nombre propio en las personas Trans



"No ir a votar por no estar en las filas de varones (...) O ir los últimos minutos 
antes del cierre de los comicios, para pasar desapercibida, para -en el apuro- 
poder entrar al cuarto oscuro, y no tener que sentir la humillación de que alguien 
gritara tu nombre (no coincidente con tu imagen) y que todos te miraran". 

July, trans de 60 años



Para muchxs de nosotrxs las elecciones de este 11 de Agosto -más allá de la coyuntura política- es un acto cívico más de los que venimos realizando a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, para el colectivo trans estas elecciones representan, además, la materialización del cambio obtenido a partir de Ley de Identidad de Género 26.743 del 2012. Por primera vez, más de 3000 personas podrán votar con el nombre que los identifica. Ya hemos realizado un post hablando de la realidad transexual (Serlo, Parecerlo. ¿Padecerlo? La Transexualidad en las épocas del Machismo) es por ello que en esta entrada abordaremos esta temática enfocada en lo que implica “un nombre” y en la importancia del voto en las personas trans respetando su identidad de género.


Cuando el nombre propio se siente impropio.

La mayoría de las personas se apropian del nombre propio -valga la redundancia- en los primeros años de vida. Primero somos nombradxs por el deseo paterno y materno que nos hace entrar al orden de las relaciones humanas. A su vez, ese nombre que nos "donan", nos inscribe en una historia familiar. Sobre este continente, el/la niñx le inscribe su contenido singular a la par que se apropia de las significaciones culturales que este trae. De más está decir que en esta cultura, no es lo mismo llamarse María que Carlos.
De alguna manera, y retomando lo que posteamos cuando hablábamos del lenguaje sexista (Reflexiones sobre el Uso del Lenguaje) aquello que no se nombra no existe y por lo tanto, un ser no existe si no recibe un nombre y es nombrado. En este punto entra en escena la mirada del otro como libidinizadora, dotadora de sentido y subjetivadora. 

Ahora bien, los nombres vienen dotados de sentido y significaciones genéricas, ¿que sucede cuando una persona no se siente identificado con el bagaje que conlleva ese nombre? Creemos que supone a nivel intrapsíquico un conflicto, ya que llevar un nombre significa estar en un lugar en el sistema simbólico, e implica ser reconocido en la singularidad. Si el nombre no me identifica, no me reconozco ni me siento reconocido, lo que puede provocar un resquebraje de la realidad psíquica. Y, ¿por qué alguien es plausible de atravesar este conflicto? Creemos que las discriminaciones y los derroteros que atraviesan en este sentido las personas trans, no es más que una reproducción de la imposibilidad cultural de pensar los géneros por fuera del binomio mujer/varón. El influjo patriarcal moldea los cuerpos y los nombres dotándolos de significaciones excluyentes; por lo tanto quien no se adapte a estás definiciones o vivirá en conflicto constante contra su propio deseo o queda por fuera del universo de significaciones "permitidas" del tejido social. 

Por suerte, hoy podemos decir que en este sentido la sociedad Argentina ha hecho un avance. En el cambio del nombre propio, se permite la emergencia y el reconocimiento de la identidad propia. En el acto de votar, se producirá la reafirmación social y subjetiva como ciudadano de pleno derecho.

La ley

Muchas veces nos preguntamos sobre los efectos de las leyes en la sociedad; no nos enorgullecemos cuando alguien repite la famosa frase “hecha la ley, hecha la trampa” y nos desilusionamos cuando parece que los esfuerzos en pos de una sociedad igualitaria quedan perdidos en la letra de la ley. Sin embargo, hoy podemos ver los primeros cambios que produce una Ley que busca la inclusión y el respeto de las diversidades genéricas.

El principio III de Yogyakarta -principios que refieren a como se aplican la legislación internacional de DDHH en cuestiones de orientación sexual e identidad de género- afirma:
“Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica. Las personas en toda su diversidad de orientaciones sexuales o identidades de género disfrutarán de capacidad jurídica en todos los aspectos de la vida. La orientación sexual o identidad de género que cada persona defina para sí, es esencial para su personalidad y constituye uno de los aspectos fundamentales de su autodeterminación, su dignidad y su libertad. Ninguna persona será obligada a someterse a procedimientos médicos, incluyendo la cirugía de reasignación de sexo, la esterilización o la terapia hormonal, como requisito para el reconocimiento legal de su identidad de género. Ninguna condición, como el matrimonio o la maternidad o paternidad, podrá ser invocada como tal con el fin de impedir el reconocimiento legal de la identidad de género de una persona. Ninguna persona será sometida a presiones para ocultar, suprimir o negar su orientación sexual o identidad de género”.

Respetando esto, el artículo I de nuestra ley dice:

Toda persona tiene derecho: 
a) Al reconocimiento de su identidad de género;
b) Al libre desarrollo de su persona conforme a su identidad de género;
c) A ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo en los instrumentos que acreditan su identidad respecto de el/los nombre/s de pila, imagen y sexo con los que allí es registrada. 


En la Argentina como en muchísimas partes del mundo, la comunidad trans (travesti, transexual y transgenero) es una de las poblaciones más vulneradas, marginadas y estigmatizadas. Hasta antes de la promulgación de la ley, el "estigma trans" (definido por Goffman en 1963 como el atributo personal negativo que sitúa a una persona como inferior y diferente) era llevado principalmente en el cuerpo y legitimado por un DNI que no se correspondía con la identidad sentida. Es decir que el Estado es uno de los principales responsables en la historia de discriminación y estigma de estas personas, ya que la ausencia de políticas que reconozcan su identidad y sancionen la violencia, dejó espacio para que su identidad quede definida por ideologías patologizantes, tradicionales y patriarcales. 
Ahora, con la posibilidad del cambio registral de manera sencilla se ha allanado mucho el camino hacia la inclusión.
En este sentido, la nueva ley realiza un salto cualitativo inmenso, al evitar el requisito del diagnóstico de “enfermedad” para que los derechos de lxs trans sean reconocidos. Ya no hay que ser "enfermo" ni tener la autorización del "padre justicia" para poder ser nombrado de a acuerdo a la propia identidad. Desde hace un año, la palabra de las personas trans en la definición de ellxs mismxs es tomada como verdad, valorada, legitimada, escuchada. 


Creemos que es este avance hacia una sociedad más tolerante y apoyamos a quienes sostienen el discurso de la despatologización, para que sea considerada la realidad trans “como un conjunto de trayectorias vitales posibles, heterogéneas, cambiantes y fluidas” (Missé y Coll-Plans, 2010:54). Lograr la despatologización, es otorgarles la posibilidad de ubicarse en un discurso saludable y separarlxs del discurso médico, para que recuperen la voz sobre sus propias vidas, y sean sujetos activos de su propia historia (Missé y Coll-Plans, 2010).


En este sentido la ley es un gran instrumento que dota de poder al colectivo trans, para que se conviertan en Sujetos del Derecho (y no solo objeto de él). Lo que se puso en juego con su aprobación - y es ratificado en el acto del voto con el DNI que se corresponde con su identidad-, es el acceso a la plena ciudadanía, dejando en evidencia una Argentina más inclusiva; deseamos que estas inclusiones se vean cada vez más, replicadas en el acceso a la educación, el trabajo y la salud. Como dijo en una entrevista con telam Marcela Romero (titular de ATTA): "ahora que legitimamos nuestra identidad de género y estamos por votar con nuestro verdadero nombre sentimos una gran ansiedad por participar en esta democracia, porque hemos dado un paso más hacia nuestra inclusión e integración".



Julieta Cano y María Laura Yacovino

 



BIBLIOGRAFÍA:
-Fernandez, J. y Berkins, L. (2005): La gesta del nombre propio: Informe sobre la situación de la comunidad travesti de Argentina, Buenos Aires.
-Goffman: La identidad deteriorada. Amorrortu.
--Garaizabal, C. (1998) La transgresión del género. Tansexualidades: un reto apasionante. En Transexualidad, transgenerismo y cultura. Antropología, identidad y género. Nieto, J.A.
Madrid: Talasa
-Lamas, M. (200) Diferencias de Sexo, genero y diferencia sexual. Cuicuilco, enero-abril, año/vol. 7, número 018.
-Missé M. y Coll-Planas, G (2010) La patologización de la transexualidad: reflexiones críticas y propuestas. Norte de Salud, Vol VII, Nº 38, 44-55
-Missé, M. y Solá, M. (2009) La lucha trans por la despatologización, una lucha transfeminista. Ponencia de las Jornadas Feministas Estatales. Granada, 2009

Leyes y principios:
-Principios de Yogyakarta (2006). http://www.yogyakartaprinciples.org/principles_sp.htm


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